Este es BADI, un perro macho, cruzado de Pointer, de 7 años de edad, de 30 kg de peso, y es el protagonista de este reportaje.


BADI presenta un sialocele bajo su mandíbula izquierda secundario a una sialadenitis de la glándula salival mandibular.
Un sialocele es una cavidad subcutánea producida por una acumulación excesiva de saliva procedente de una o varias glándulas salivares, debido a una patología en ellas que puede tener diversos origines, tales como: un trauma, una infección, etc.


DIAGNOSTICO RADIOLÓGICO
(Pasar el cursor sobre las miniaturas para visualizarlas)
El 14 febrero 2014, como parte del diagnostico, se le practicó una sialografía con contraste positivo.
La siguiente secuencia de imágenes corresponde a las radiografías practicadas para determinar el origen de la patología.






Antes, durante y después de toda cirugía hay una numerosa serie de importantes y especializados procedimientos. Entre estos cabe destacar como muy cercanos en el tiempo a la propia intervención quirúrgica: la anestesia y monitorización, el posicionamiento del paciente, el proceso de esterilización y aislamiento de la zona quirúrgica, etc.






DRENAJE DEL SIALOCELE
La cirugía comienza con una incisión quirúrgica por la que el cirujano efectúa una profusa evacuación del líquido contenido en el sialocele. Este está compuesto en su mayor parte de saliva. Aquí aparece tintada de rojo debido a la presencia de vestigios de sangre procedentes del foco patológico.






EXÉRESIS DE LA GLÁNDULA SALIVAL PATOLÓGICA
Estas imágenes muestran un extractado resumen de la exéresis (biopsia escisional) de la glándula salival mandibular.
La exéresis supone la completa extirpación quirúrgica de la glándula mandibular y la sublingual monostomática, pues desemboca por el mismo conducto que la anterior.






SUTURA
La exéresis se culmina suturando los tejidos por planos.






MARSUPIALIZACIÓN DEL SIALOCELE
Finalmente se marsupializa la incisión quirúrgica efectuada para el drenaje del sialocele con el fin de propiciar su total evacuación. Para ello se fijan sus bordes a la piel mediante unos puntos de sutura.